Hace unos meses os informamos sobre los problemas que se encontraban las personas con movilidad reducida en nuestro país. Bien, hoy vamos a hablar sobre un tema en particular: la accesibilidad en el metro y, concretamente, su falta de inadaptabilidad.
¿Cuántas veces hemos oído a nuestros dirigentes políticos hablar sobre la buena comunicación y adaptabilidad terrestre que tienen las principales ciudades de nuestro país? ¿Miles, verdad? Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y, en lo que atañe a la accesibilidad en el metro para personas con dificultades de movilidad, ésta es una asignatura pendiente.
Ejemplo de ello son las grandes urbes como Madrid o Barcelona, donde en algunas estaciones de metro la accesibilidad deja mucho que desear. De hecho, en Barcelona, en algunas de las estaciones más concurridas, tanto por turistas como por los habitantes de la ciudad, como lo son Urquinaona, Maragall o Poble Sec, no disponen de ascensores que comuniquen la vía pública con las estaciones, por lo que, los usuarios tienen que pedir ayuda a terceras personas a la hora de acceder en él.
Pero por si fuera insuficiente lo anterior mencionado, en algunas paradas ni tan siquiera hay incorporadas escaleras mecánicas en ninguno de los accesos. Un hecho que resulta bastante preocupante, ya que el usuario es posible que tome el metro en una estación que esté suficientemente adaptada y que lo abandone en una que no lo esté.
En el caso de Madrid, pese a que se han hecho esfuerzos por conseguir una completa accesibilidad, observamos que aún existe alrededor de un centenar de estaciones sin adaptabilidad de ascensores o rampas, tal y como ofrece, de manera informativa, la propia web del metro.
Desde Reine y analizado lo anterior, queremos hacer un llamamiento a favor de las personas que más necesidades requieren, ya que a día de hoy, y tal como hemos visto, la accesibilidad en el metro aún le queda un largo recorrido que cubrir.
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