Se ha comprobado que la actividad física en las personas con discapacidad tiene efectos beneficiosos sobre la salud y la autonomía personal. Los requisitos para poder desarrollar esta actividad son las instalaciones adaptadas a estos usuarios y una cierta motivación para empezar a hacer ejercicio.
En este sentido cada vez más, existen gimnasios adaptados, con aparatos para hacer ejercicios de fortalecimiento muscular, de flexibilidad, de coordinación, etc. y con profesionales que elaboran planes individuales de práctica deportiva según cada caso. Con estos planes se ajustan los ejercicios en función de la condición física inicial de la persona, de su tipo y nivel de discapacidad, y de los objetivos que quieran lograr.
La diferencia entre un gimnasio convencional y un gimnasio adaptado es el cumplimiento con los estándares de accesibilidad, así como espacios más amplios para ofrecer una mayor libertad de movimientos. El equipamiento y las máquinas son parecidas al de un gimnasio convencional al que se le han aplicado pequeñas adaptaciones. El personal cualificado se encarga del resto.
Este tipo de instalaciones se completan con salas de estimulación sensorial y cognitiva, piscinas, jacuzzi o saunas, para formar una oferta integral que permita impulsar la mejora de la salud funcional de las personas, con o sin discapacidad, a través de la actividad física y el deporte.
Hola. Me ha gustado vuestro blog, y los artículos publicados, felicidades. Aprobecho y comparto para el que quiera completar información de esta temática, puede ver la noticia sobre una APP para conocer la accesibilidad de nuestra ciudad: https://salvaescalerasmalaga.wordpress.com/2015/11/25/app-accesibility-plus/
Gracias por vuestro comentario y enlace. Favorecer la accesibilidad es un compromiso de todos.