Cuenta la leyenda que la historia de la silla salvaescaleras tiene su origen en la realeza del siglo XVI, concretamente en la de Inglaterra. Se dice que uno de los reyes más conocidos de la historia, Enrique VIII, no solo fue famoso por fundar su propia Iglesia de Inglaterra tras querer divorciarse. Y es que, entre matrimonio y matrimonio (recordemos que tuvo hasta un total de seis esposas), sus súbditos tuvieron que idear un sistema de bloques para poder transportar, por unas escaleras de 6 metros de altura, a un rey con grandes problemas de movilidad debido a una lesión que tenía en la pierna.
Aunque no existe documentación que corrobore esta historia al 100% y esto solo está basado en indicios, según algunos historiadores, este ingenioso “Trono de escalera” era movido por sus súbditos a través de un sistema de cuerdas que los sirvientes utilizaban para elevar el cuerpo del rey.
Una vez contada la fábula… vamos a lo que conocemos. ¿Cuándo surgió la silla salvaescaleras moderna?
Para esto tenemos que avanzar 400 años en el tiempo y situarnos en la década de 1920. C.C. Crispen, emprendedor estadounidense, ingeniero y representante de un concesionario de Cadillac, desarrolló “Inclin-ator”, un primer modelo de silla que ya logró que las personas con movilidad reducida pudiesen subir y bajar escaleras de forma cómoda y segura. La idea le surgió después de visitar a un amigo que se estaba recuperando de una enfermedad y que presentaba ciertos desafíos para moverse con autonomía. Cinco años más tarde, Crispen ideó Elevette, el primer ascensor eléctrico residencial.
El “Inclin-ator” ya era muy similar a las sillas que conocemos hoy en día. Formada por una silla plegable con reposapiés, esta se desplazaba con un sistema de ruedas que estaban conectadas a un rail fijado en la escalera.
¿Y cuándo entró en Europa?
Aún tenemos que avanzar un poco más en el tiempo e ir hasta los Países Bajos de 1961, ya que fue allí donde se fabricó la primera silla elevadora europea, diseñada por la empresa de ascensores Handicare Stairlifts. Esta creación fue todo un avance para la época, pero también es cierto que el diseño de la silla era rígido y un poco incómodo.
Unos cuántos años después… la idea es la misma, pero se le ha añadido comodidad, seguridad y, sobre todo, tecnología
Los materiales pesados y los asientos rígidos han ido dando paso a diseños más ergonómicos y adaptables, los cuáles han convertido estas sillas en una solución práctica que continúa facilitando la vida a muchísimas personas.
Ya década de los 90 el diseño y la adaptabilidad empezaron a cuidarse, tomando como ejemplo la creación de nuevos modelos que ofrecían mayores prestaciones, como el cuidado en la sonorización de los motores.
Pero ha sido en los últimos años ha habido una clara (re)evolución de las sillas salvaescaleras, sobre todo en el ámbito tecnológico, ya que se han incorporado nuevos elementos que le han añadido aún más ventajas a los salvaescaleras: elementos como el control remoto de la silla, las baterías que se recargan automáticamente, la función plegable automática, las nuevas características de seguridad (cinturones, sensores de detección de obstáculos y sistemas de frenado…), etc.
¿Qué modelos de sillas tenemos en Enier?
Actualmente tenemos tres modelos:
- La Silla Salvaescaleras Ivory Smart: silla inteligente se mueve silenciosamente sobre un raíl ultrafino.
- La Silla Salvaescaleras Quars: silla para escaleras rectas de interior
- La Silla Salvaescaleras Quars exterior: silla para escalera exterior recta.
Si necesitas más información, en nuestro artículo “Sillas Salvaescaleras. Accede a todos los pisos de una vivienda con plena autonomía” ya detallamos las características de las sillas que fabricamos en Enier. Y si tienes cualquier duda al respecto o quieres que te hagamos un presupuesto personalizado, déjanos tus datos y nos pondremos en contacto contigo o llámanos al 972 171 374.
Bonus track. La silla más famosa del cine
Ya han pasado más de 100 años de la invención de la silla salvaescaleras y, al igual que muchos objetos, esta también ha tenido su presencia en la historia del cine que, a veces, ha apostado por mostrar la realidad de las personas con movilidad reducida. Así pues, su primera aparición en la gran pantalla fue en “Testigo de Cargo” (1957) de Billy Wilder, obra basada en la novela de Agatha Christie. En esta película, la silla salvaescaleras le era útil a su protagonista y le facilitaba poder subir al piso de arriba
Aún con esta primera presencia cinematográfica, seguramente la aparición más famosa y que todo el mundo recuerda es la del film Gremlins (1984), de Joe Dante. Y es que, como bien nos enseña la película, puedes utilizar siempre la silla salvo cuando haya Gremlins merodeando por la casa.
Y en el imaginario más moderno, debemos nombrar la muestra de la silla que aparece en Up (2009), de Pete Docter y Bob Peterson (Pixar). En este caso, podemos asegurar que esta no es una de nuestras sillas, ya que esta la plataforma no acaba de funcionar de la mejor manera posible.