Si vas a comprarte una silla salvaescaleras y, probablemente, lo primero que te viene a la cabeza es que esta sea bonita, segura, fácil de usar y cómoda. Probablemente luego pensarás en que la silla sea plegable para que sea lo más compacta posible y ocupe el mínimo posible.
No obstante, lo que verdaderamente hay que tener en cuenta para adquirir una silla salvaescalera no es tanto las características mencionadas, sino cuál es la adecuada según la situación en la que te encuentres. Para ello, tendrás que tomar la decisión en función del tipo de raíl.
Existen principalmente dos sistemas de silla elevadora: sobre un raíl o sobre dos raíles. Evidentemente, cada sistema tiene sus ventajas.
Aparte de tus gustos personales, te aconsejamos que te decante por un modelo u otro en función de la anchura de la escalera. Si tu escalera es estrecha, lo ideal es que la silla salvaescaleras vaya por el interior. La mejor opción en este caso es el modelo ámbar, porque al ser solo de un raíl salva mejor las inclinaciones. Además, este sistema no se eleva tanto como el de dos raíles, la cual cosa también será una buena opción si los techos de tu casa son bajos.
Si cada vez subes y bajas menos a menudo por la escalera de tu casa, entonces opta por el sistema de trayecto exterior, basado en el modelo rubí. Sus dos tubos delgados discurren muy cerca de la pared, facilitando el hecho de que se pueda ir a pie por la escalera.
¿Ya sabes cuál es el modelo que más te conviene?