Los ascensores unifamiliares hidráulicos, conforme con la Directiva 2006/42/CE de 17 de Mayo transcrita en el R.D 1644/2008 de 10 de Octubre, también conocidos como Plataformas Elevadoras para Minusválidos (PEV) o también como elevadores para personas, son muy prácticos, sobre todo, en edificios de poca altura, como las casas unifamiliares. Tienen un importante número de ventajas tanto para el comprador como para el usuario.
La principal ventaja de los ascensores hidráulicos es la seguridad. En caso de fallo del suministro eléctrico, la evacuación de los pasajeros está garantizada, ya que existe una batería de reserva que permite a los usuarios bajar a una planta inferior, abrir las puertas y salir tranquilamente y en caso de una eventual avería, es posible llamar la atención de las personas cercanas mediante la alarma sonora o bien comunicarse a través del teléfono que hay en la cabina con un familiar, vecino, amigo u organización de asistencia para que vengan y hagan descender la cabina mediante la válvula manual de descenso y así hacer fácilmente el rescate. De este modo, se minimiza el riesgo de quedarse encerrado.
La segunda ventaja es que son más económicos, tanto a la hora de instalarlos como en su mantenimiento. Su montaje es más sencillo que un ascensor eléctrico tradicional, sus componentes se desgastan menos y necesitan menos mantenimiento. Además, son más eficientes en cuanto a energía, porque solo consume cuando sube. Al bajar aprovecha la gravedad y así no consume.
También tiene como ventaja el ahorro en espacio. Así es. Como que no necesita de un cuarto de máquinas y, por tanto, es posible ubicar la maquinaria en cualquier espacio o habitación cercana al ascensor o bien dentro de un armario, se optimiza al máximo el espacio de tu vivienda.
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