En algunos edificios, para la instalación de un elevador o ascensor, se necesita una estructura metálica donde poderlo emplazar y que se desplace correctamente por su hueco sin ningún obstáculo. Ahora bien, según el tipo de edificio que sea, precisaremos que la instalación de éste sea en el exterior o bien en el interior. Por ello, dependiendo de este factor tendremos que tener presente algunas premisas que os mostraremos a continuación.
Si optamos por hacer una estructura interna deberemos tener en cuenta que ésta se adecue al conjunto del edificio, de tal manera que haya una armonía en el diseño y no desentone. De este modo, un factor que nos proporcionará mayor ajuste al estilo del inmueble será la línea decorativa. Es decir, podemos optar por incorporar a la estructura acabados de gran calidad, como por ejemplo, laterales con cristal para las cabinas panorámicas, incorporar accesorios que ayuden a la integración del elevador con la línea del edificio, como el techo, barandilla, etc..
Si por el contrario, optamos por hacer una estructura en el exterior la finalidad de ésta será totalmente distinta, ya que por encima de cualquier cosa primará proteger la instalación de los agentes externos como el frío, lluvia, humedad, entre otros. Por este motivo, los acabados jugarán un papel fundamental. Deberemos tener en cuenta que, ante todo, contengan tratamientos anticorrosión y protección de alta calidad para que no permute su durabilidad en el tiempo.
De todos modos, tanto si os decantáis por una estructura interna como externa, podréis personalizarlas, no sólo a nivel estético, –como hemos comentado anteriormente- sino a nivel técnico. Es decir, dependiendo del tipo de elevador, podréis escoger un tamaño u otro, de tal manera que os garantice siempre la resistencia necesaria para soportar sobradamente todos los esfuerzos que transmita el elevador instalado en su interior, debiéndola además arriostrar adecuadamente en todo su recorrido.