Un gran porcentaje de oficinas y lugares de trabajos no están acondicionados ni preparados para las personas con problemas de movilidad. Nos encontramos en el sigo XXI, en una época de avances tecnológicos constantes donde cada vez estamos más abiertos a nuevos usos y costumbres. Aún así, hay temas que están por resolver, como en el caso de la adaptación de los lugares de trabajo.
La variabilidad y diversidad del personal apto para un puesto de trabajo cada vez es más amplio, para ello es necesario una evaluación inicial del espacio de trabajo y de los riesgos del mismo. Por este motivo es imprescindible construir espacios de trabajos universales y con un diseño para todos.
Conseguir una buena adaptación en el entorno de trabajo y de los medios tecnológicos de producción mejoran la accesibilidad y dan facilidad de usos de forma equitativa a todos los trabajadores. Esto hace mucho más sencillo implementar cualquier adaptación individual que necesitara un trabajador con una limitación concreta.
En noviembre de 2013 el Gobierno implantó la Ley General de Discapacidad por la que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y de su inclusión social. El objetivo de esta ley es eliminar los impedimentos que privan a las personas con discapacidad del pleno ejercicio de sus derechos para garantiza la integración real para que puedan desarrollar una actividad laboral plena y normalizada como el resto de ciudadanos.
Algunas recomendaciones generales para tener un entorno de trabajo accesible son, en primer lugar hacer un estudio del espacio para diseñar espacios flexibles y crear itinerarios des de los accesos y los ascensores hasta el lugar, mesa de trabajo o distintos espacios más frecuentados como sala de reuniones, cafetería o aseos. También permitir la circulación de la persona con discapacidad con silla de ruedas adaptando las medidas de las puertas y ascensores a los usuarios. Es posible que se tengan que hacer adaptaciones especificas en el puesto de trabajo para el usuario, y para ello se tendrá que conocer bien las capacidades del trabajador y sus tareas. La instalación de rampas, elevadores de pequeño recorrido, o sillas salvaescaleras pueden ser soluciones ideales para este cometido.
Para que este colectivo se incorpore en los sitios de trabajo con normalidad, también hay que realizar las acciones necesarias para posibilitar su accesibilidad y normalizar la situación para que se puedan integrar de forma real en la sociedad. Además este hecho no sólo ayuda a estas personas con problemas físicos, sino que también favorece a que mejore el ambiente en los sitios de trabajo, aumentando la comodidad con espacios adecuados y confortables para todos.