Es habitual que en casas unifamiliares o edificios antiguos no se cuente con un ascensor y tampoco se haya previsto un espacio para albergarlo en el interior de la vivienda. A pesar de que existen elevadores para espacios reducidos, en algunos casos la escalera no ofrece el hueco suficiente para instalarlo y no se dispone de ninguna otra opción. En estos casos existe una solución que consiste en instalar el ascensor en una de las fachadas del edificio.
Cada vez existen más municipios que han modificado su normativa urbanística para permitir que se ocupe la vía pública con estas instalaciones, con el fin de mejorar la accesibilidad y la calidad de vida de los vecinos que las utilizan.
Los ascensores en la fachada se instalan en una estructura llamada autoportante. Es modular, se fabrica a medida y su montaje se efectúa de manera rápida y limpia. La estructura se adosa a la pared, permitiendo solucionar el problema de falta de espacio en el interior del edificio.
La carpintería metálica de la estructura puede estar acabada con chapa ciega o perforada pintada al gusto del cliente, o también puede ser panorámica, ya sea con cristal laminado, translúcido o espejo. Los acabados son aptos para resistir los cambios de temperatura y las inclemencias meteorológicas.
La solución de instalar un ascensor en la fachada está cada vez más extendida, y permite la supresión de barreras arquitectónicas y facilita la movilidad de los vecinos de las casas unifamiliares y edificios antiguos.