Las torres de caída libre son un tipo de atracción recurrente en los parques de atracciones del mundo, ya que la sensación de quien se monta es fuerte y supone una divertida descarga de adrenalina. En el parque de atracciones de la provincia de Tarragona, el conocido Port Aventura, incluye una de ellas, el Hurakan Condor.
La parte principal del Hurakan Condor es la torre, de 100 metros de altura, que tiene cinco unidades independientes, cada una de ellas con una góndola, es decir, donde se sientan los valientes. Arriba del todo, se encuentra el cabezal, donde se encuentra el motor y por donde bajan los cables, guías y elementos de seguridad, para que las góndolas suban hasta lo alto de la torre.
La subida es sencilla. Cuando el motor se pone en marcha, los cables tiran la góndola hacia arriba, mediante un sistema de tracción, muy parecido al sistema que siguen los ascensores tradicionales.
¿Hay riesgo de que se caiga sin control? Esto es muy difícil que ocurra por no decir imposible. En el Hurakan Condor hay tres cables y aguantan 12 veces el peso de la góndola más la carga autorizada.
Una parte muy importante de esta atracción son las guías. Son las que garantizan el confort del viaje.
Y ¿quién garantiza la frenada de la bajada de 3 segundos a 115 km/h de la góndola, la cual se realiza sin cable? Pues es gracias a un imán que incluye la parte de la góndola más cercana a la torre, así como en la zonda de frenada. De este modo, la atracción entre los dos imanes, frena el descenso de la atracción.
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